Cuarentena y Derechos de las Niñas y los Niños

En estas últimas semanas, la cantidad de información (de todo tipo) y de respuestas (de todo tipo) en relación a la educación ha sido abrumador. Desde lo más tradicional hasta propuestas muy innovadoras o con una fundamentación fuerte y actualizada de por qué deben fomentarse ciertas prácticas. Entre todo este sin fin de opiniones, las palabras de Francesco Tonucci, deberían ser virales, porque tienen como base los Derechos de las Niñas y los Niños (y el sentido común)

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En estos días conversamos y además han publicado algunos artículos de él con una relevancia global, que todo adulto debería escuchar y poner en práctica. Incluso se deberían hacer públicas también las propuestas, sentimientos e ideas de los niños sobre cómo llevar de una mejor manera esta cuarentena. Como ciudadanos, los niños tienen que ser más visibles y eso depende de nosotros los adultos. Es por esto, que haremos una síntesis de las frases que nos parecen más importantes de Francesco Tonucci y esperamos escuchar sus comentarios.

La escuela era el lugar donde los niños podían encontrarse con otros niños. 

Entonces nos preguntamos, ¿cómo estamos haciendo desde las escuelas para que los niños participen y se encuentren con otros niños?, ¿cómo estamos haciendo las familias en este sentido? Pero lo más importante es dialogar con los niños sobre cómo pueden encontrarse, respetando las normas de salud correspondientes.

En relación a la escuela, esta cuarentena ha sido una revelación muy grande de lo que los centros educativos esperan de los niños, de lo centrados que están en el plan de estudios y en muchos casos la poca relación con la realidad que están viviendo miles de familias. Para Francesco Tonucci, estas son algunas ideas en relación a estas instituciones:

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Muchos no se han dado cuenta de que la escuela no funcionaba antes y en esta situación se nota lo poco que funcionaba. Los niños están hartos de los deberes y para las familias es una ayuda porque es lo que ocupa a los niños. Los deberes siempre son demasiados, no tanto por la cantidad sino por la calidad.

Si cambió todo, la escuela no puede seguir igual que antes. La contradicción que yo encuentro es que la escuela quiere demostrar que se puede seguir como antes y sigue siendo una institución de clases y deberes, donde lo único que se modificó fue el medio: en lugar de ser presencial, se hace de forma virtual. 

La pregunta más importante es si es posible hacer lo mismo de siempre, cuando todas las condiciones han cambiado.

A los niños, nadie les preguntó sobre este cambio de la escuela, se tuvieron que adaptar y seguir, y a veces hasta más demandante que antes. Muchos deben seguir horarios rígidos que están alejados con lo que podría ser un mejor fluir de la dinámica familiar. Las familias ahora se dan cuenta de una relación fuerte entre aprender como una tarea y aprender con emoción. También resalta aquí la importancia de estar atentos a la salud mental de los niños, en estos tiempos de tanto estrés colectivo.

Consideramos que la casa no debería ser una réplica de la escuela, sino que los docentes deberían aprovechar este nuevo contexto de aprendizaje, tan rico, variado y complejo, para conectar con los niños, sus familias y tener aprendizajes mucho más significativos y duraderos:

Si la escuela estaba contenta y satisfecha acerca de cómo funcionaba, entiendo que buscará seguir igual. Pero, desde mi mirada, ya no funcionaba antes, porque, muchas veces, es una institución que se hace a pesar de los alumnos: todo se decide desde afuera y sin tenerlos en cuenta. Los niños prácticamente no existen, no aparecen en sus preocupaciones.

 Los niños en la escuela se aburren y así es difícil que aprendan. Además, existe un conflicto entre escuela y familia, es un conflicto moderno, la familia siempre está lista para denunciar el colegio. Ahora la situación es nueva: la escuela se hace en familia, en casa. Propongo que la casa se considere como un laboratorio donde descubrir cosas y los padres sean colaboradores de los maestros. Por ejemplo, cómo funciona una lavadora, tender la ropa, planchar, aprender a coser… Pido cosas que hay que hacer en casa igualmente. La cocina, por ejemplo, es un taller de ciencia o un laboratorio de química. Los niños deben aprender a cocinar. Allí se pesan los ingredientes, se mezclan, hay que cocinarlos usando distintos métodos.

Y por supuesto, para este defensor de lo derechos de los niños, resalta en cada conversación el derecho al juego:

Otra propuesta es que jueguen, eso es lo más importante. Que inventen juegos.  No perdamos este tiempo precioso dando deberes. Aprovechemos para pensar si otra escuela es posible.

Jugar es un derecho, jugar es un deber y jugar es vida para los niños. Es la forma también en que procesan sus emociones. Otra de las grandes recomendaciones es aprovechar este tiempo para fomentar el amor por la lectura:

La escuela nunca alcanza a obtener un amor por la lectura y esto es un fracaso que yo denuncio siempre, una gran falta, porque sería el regalo más grande que podría hacer a sus alumnos y alumnas: darles el amor, placer, gusto, la necesidad de la lectura. Pedirles que aprovechen este tiempo para leer libros es fundamental.

Para concluir, una reflexión humanista que pone la mirada en la escucha a los niños, en cuestionarnos desde su posición, no por ellos. Debemos tener empatía con ellos en este momento y así tendremos grandes lecciones de vida. Por eso una vez más repetimos: creemos que es posible transformar un país a través de los ciudadanos más pequeños.

 Estoy convencido de que estas son experiencias de gran valor emocional y, por lo tanto, educativo, que puede aprovechar la escuela, porque la buena escuela es la que se construye sobre el mundo de los niños. En este momento, el mundo de los niños es pequeño: su casa. Si se hace esta experiencia y se aprende a implementarla, cuando se termine la cuarentena se puede seguir haciendo una escuela de este tipo sobre el mundo grande: la calle, el barrio, la ciudad. En definitiva, el mundo donde deberían vivir su vida los niños y las niñas, que no es solamente su casa ni su escuela.

¡Gracias Francesco por estas invitaciones!

Referencias:



La casa: lo extraordinario de lo simple

Hoy más que nunca, me cuesta separar mi rol de mamá y de atelierista de Bellelli. Así, estas líneas las escribo desde la vulnerabilidad de mi hogar, intentando conectarme con otras mamás que como yo, estamos en este torbellino de emociones procurando ser el puerto seguro para nuestros hijos. -Valeria Rodríguez, atelierista Belleli.

Este blogpost originalmente trataba de 5 súper juguetes que tenemos en nuestra casa.  Sin embargo, a medida que los días han ido transcurriendo, he sido testigo de cómo los chats y las redes se han inundado de ideas de actividades para entretener a los niños así como de ofertas de juguetes y material educativo. Este bombardeo de información me ha hecho reflexionar y a escuchar a mi hija desde otro lugar. No les traigo respuestas pero sí lugares cotidianos de asombro que he descubierto a su lado y que con suerte, les sirva a ustedes también. 

 

Los libros de los adultos: Soy una apasionada de la lectura, es un amor que me heredaron mis padres. Cuando era niña crecí con una biblioteca llena de poesía y de literatura. Mi papá me orientaba sobre el momento adecuado para leer cada ejemplar. Incluso, recuerdo con cariño el día que pronunció un rotundo no al tomar entre mis manos el Lobo Estepario de Hesse: “Todo a su tiempo mija”. 

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Ahora en mi casa tenemos libros de arte, música y literatura y ha sido bellísimo compartirlos con mi hija en estos días. Al abrirlos le pregunto qué ve, qué entiende, qué detalles encuentra y sus respuestas son preciosas, su curiosidad infinita. ¿Qué libros tienen en casa?, ¿qué manuales, mapas o fotografías tienen guardados?, ¿qué temas nuevos y raros pueden aprender sus hijos? Y más importante, ¿cómo a través de estos documentos pueden sus hijos conocerlos a ustedes, a su familia o su historia?

 Las gavetas y los closets. En Bellelli, las maestras hacíamos bromas sobre los closets, los llamábamos con cariño Narnia. Cada semana al ordenarlos encontrábamos un nuevo tesoro, un pompón perdido, un carrito mal parqueado o un preciado marcador negro.

Nuestras casas, tienen esos tesoros guardados en sus gavetas. Los cierres de los tuppers, la musicalidad de las ollas, los coloridos collares de mamá o las diferentes texturas de las medias son un universo por explorar. Sacar las cosas, sentirlas, jugar con ellas y organizarlas después es un placer para los niños. Cada objeto, una nueva historia que compartir, un recuerdo que visitar o algo nuevo que  aprender. 


La basura. A veces, con el afán de hacer a los niños felices o combatir el aburrimiento, optamos por comprarles cosas. Sin embargo, si algo he descubierto en mis años de atelierista, es que usualmente la caja donde viene el juguete es mucho más divertida que el propio juguete. Las cajas, las tapas de los refrescos, los envases de los alimentos, los tubos de cartón, son materiales perfectos para incentivar la imaginación y el espíritu científico. Así que antes de botar algo o enviarlo al reciclaje, les recomiendo:

  • En casa, ya sea en el cuarto de los chicos, en el garaje o donde gusten, pueden tener su propia despensa de material creativo reciclado. Entre más hermoso y organizado esté, más ganas le van a dar a los niños de jugar.

  • Es muy importante que el material esté MUY LIMPIO y SECO.

  • Revisar que no tenga filos, protuberancias ni esté herrumbrado.



Los proyectos creativos. En mi caso, la cuarentena ha cambiado nuestro sentido del tiempo y la inmediatez. Por eso, nos ha resultado más divertido y emocionante hacer proyectos que requieren largos procesos que actividades cortas. Estas últimas implicaban un desperdicio de material, un tiempo de concentración corto y una gratificación efímera. 

Tanto en Bellelli como en mi casa, los proyectos nacen de algún juego o interés particular de los niños en el que primero planeamos, después ejecutamos. Duramos entre 1 ó 2 semanas en hacerlos y elaboramos varios de forma simultánea en que alternamos según el ánimo del día. Para explicar esto, les comparto uno de los proyectos que hice con mi hija en estos días. 

Sara es una apasionada de los castillos, los unicornios y las princesas. Así que uno de sus proyectos se trataba de crear “un castillo enorme que llegue al techo”. Primero, ella hizo el dibujo de su castillo y juntas hicimos una lista de objetos, colores y materiales que necesitaba para armarlo. Del reciclaje, rescatamos unas cajas que ella pintó. Una vez secas, las decoró con dibujos y recortes. Finalmente, construyó su castillo y jugó con él.  Duración del proyecto: 1 semana.

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¿Qué les interesa a sus niños en este momento?, ¿cuáles son sus juegos favoritos?, ¿cómo esos juegos pueden transformarse en un proyecto creativo? Por ejemplo: si les encanta el futbol pueden hacer una cancha miniatura con jugadores, o si son los carritos construir una mega pista con tubos de cartón. Las posibilidades son infinitas, solo basta con escuchar a los niños y ser recursivos con lo que ya tenemos en casa. Es darle espacio a la creatividad y protagonismo de los niños.

La cocina

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No soy chef, ni tampoco creo que cocino particularmente rico, pero amo cocinar. La experiencia de lavar los alimentos, cortarlos e imaginar combinaciones es un gran placer que comparto con mi hija. Al principio, en mi deseo por hacer algo especial con ella, me pasaba un largo rato viendo recetas en internet pero al final siempre termino descubriendo que requieren de un ingrediente que carezco en mi despensa (¿No les ha pasado?). Así que más que recetas especiales, hacemos juntas la comida del día: cocinamos pescado, pasta, ensalada, lo que sea que vayamos a comer. Ponemos la mesa, compartimos los alimentos y recogemos. La belleza está en la cotidianidad.

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Lo extraordinario en lo simple

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Quizás esta cuarentena nos reconecte con un sentido más profundo de la vida. Quizás logremos maravillarnos como los niños de lo cotidiano, de lo simple; con un enfoque menos consumista, más humano. Creo que sin duda, la educación también debería transformarse bajo ese entendimiento y con suerte, logremos salir de casa siendo una mejor versión de nosotros mismos.

Espacio, tiempo y permiso: condiciones para el juego libre

Hoy nos encontramos en casa haciendo malabares entre el trabajo, los quehaceres del hogar y la crianza de los niños. Esta nueva realidad (que nos llena de incertidumbre) nos genera la necesidad de tomar el dominio sobre lo que creemos poder controlar, anticipar lo que va a suceder y hacernos sentir seguros. Por esto, quisiera invitarlos a hacer una pausa y ver esta situación como una oportunidad para tenernos más paciencia y compasión. También invitarlos a escuchar la voz del niño y aquello que nos dice a través de sus acciones, gestos y palabras. Sólo así lograremos ver que el “aburrimiento” que trae el estar en casa todo el día es una gran posibilidad para que los niños sean protagonistas del juego libre, donde propongan soluciones, creen y exploren. 

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Si vemos los espacios donde juegan los niños, nos pueden parecer desordenados, peligrosos e incomprensibles. Eso está bien. Quiero que leamos esto desde una mirada libre de juicios y ver con ojos de niños para poder comprender que para ellos este espacio es lo más hermoso ya que nace de ellos, sus intereses y sus propias habilidades. 

Para que el juego sea completamente libre debemos de asegurarnos de ofrecerles a los niños: tiempo, espacio y permiso. El tiempo y el espacio es algo que como adultos podemos “controlar” pues esto viene con las rutinas que acordamos en casa. El permiso nos involucra de una forma más profunda y personal. Tomemos un momento para preguntarnos ¿qué tan dispuesto estoy a ceder el control y dejar que la imaginación, la creatividad y la espontaneidad de estos momentos sean los que prevalezcan?

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¿Qué es el juego dirigido por niños?

"Cuando un niño practica el juego libre, decide cómo, qué y con quién jugar. Ellos son quienes inician y terminan el juego, eligen con qué materiales van a desarrollar las acciones estableciendo sus propias reglas”. Pop Up Adventure Play.

Jugar no es ocio, jugar es el trabajo más importante de la infancia. Y sí, me he referido a éste como trabajo porque aunque no parezca, a través del juego el niño desarrolla habilidades que pueden pasar desapercibidas y sólo vemos cuán divertidos se encuentran. A través del juego los niños desarrollan habilidades de  planificación, asignación de roles, ejecución, recolección de materiales, comunicación, creatividad, resolución de problemas entre muchas otras más. 

Entonces, ¿cuándo intervenir durante el juego libre?

  1. Cuando un niño pide ayuda. 

  2. Cuando hay peligro de lastimarse o hay un accidente. 

  3. Cuando lo invitan a jugar. ¡Los adultos también podemos jugar! 

Podemos crear espacios y acuerdos junto con los niños  para que jueguen libremente. Este blogpost puede servir de apoyo Bellelli En Casa: 5 Ideas Para Organizar La Casa - I Parte para así ofrecer una experiencia enriquecedora y agradable para toda la familia. 

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En estos tiempos, lo mejor que podemos ofrecerle a los niños es: jugar y jugar libremente. La Asociación Internacional de Juego (International Play Association) indica que “en tiempos de crisis, el juego tiene un papel terapéutico importante para ayudar a los niños a recuperar su sentido de normalidad y alegría.” (2020). 

Y… ¿si como adultos le damos cabida al juego libre para que se generen estos espacios terapéuticos dentro de nuestro hogar?, ¿nos damos la oportunidad de conectar con nuestro niño interno y procesar esta nueva realidad a la que hoy nos enfrentamos mundialmente?, ¿si nos damos la oportunidad de vivir el presente y libre de juicios? Permitámonos responder aunque esto signifique dejar ir estas ideas de orden y limpieza (así sea por un rato) y poder disfrutar estos momentos en los que las risas y diversión sean sanadores. 


Escrito por: Sara Mejía, educadora y maestra Bellelli.

Bitácora Bellelli en tiempos de reflexión, resiliencia y pandemia

Nadie ni nada nos preparó para esta experiencia global particular, pero nuestra actitud y energía son claves para afrontarla desde la abundancia, el sentido común, la empatía y la solidaridad. Llevamos 5 semanas en un proceso cargado de emociones muy fuertes, donde nos hemos permitido sentir, pero sin dejar de soñar, planear y ejecutar. ¿Cómo lo hemos vivido en Bellelli? Les contamos un poquito en forma de preguntas, esperando que les sirva en sus procesos. Cada decisión ha tenido un proceso emocional y racional muy fuerte, como dice Sifu Rama: Haciendo desde el ser.

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¿Por qué decidimos hacer kits de materiales Bellelli desde hace 5 semanas?, ¿por qué escogimos esos materiales?

Fue una forma concreta de conectar con los niños, de dar una continuidad a las experiencias y materiales que son para ellos familiares. Escogimos materiales muy cotidianos, simples, que pudieran dialogar entre sí, con lo que tienen en casa (sin salir a comprar cosas) y que potencien la creatividad de los chicos y la resolución de problemas. Los elementos que incluímos (cajas, telas, palitos, cartones, rollos, etc.) buscan más que proponer actividades dirigidas, promover el juego libre de los niños y que ellos mismos puedan utilizarlos de muchas maneras distintas. No son descontextualizados ni estandarizados, sino que les permite crear experiencias de juego catalizadoras de sus emociones y donde son protagonistas. Guardamos los materiales en cajas de cartón recicladas, porque creemos que es un excelente potenciador del juego, y además va alineado con un enfoque de sostenibilidad, evitando el plástico o generar más basura. Es importante que exista esta coherencia en nuestras acciones.

¿Por qué les empezamos a compartir historias a los chicos a través de videos desde hace 5 semanas?

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Una historia se carga de emoción y afecto si viene de una persona que los niños aman, con quien tienen conexión y además les trae recuerdos. Escogimos las historias favoritas de los niños para contarles a los chicos y que en cualquier momento los puedan escuchar. Se unieron ex-alumnos, amigos y familias a contar historias, y eso agregó aún más diversidad.

¿Por qué iniciamos con asambleas grupales y de cada sede desde hace 5 semanas?

Porque en Bellelli, los niños inician su día como grupo con la asamblea de la mañana: ahí cantan, se saludan y organizan el día. Algunos tienen largas conversaciones filosóficas y divertidas (que ahora se pasó a zoom). También una vez a la semana tenemos esta misma experiencia con todos los niños y familias de la comunidad Bellelli en cada sede. Ha sido muy lindo ver las caras de los chicos con sus familias saludando a todos, bailando en sus casas, queriendo contarnos cosas, saludarnos e invitarnos a jugar.

¿Por qué en lugar horarios estructurados a los niños hemos hecho invitaciones de experiencias con rutinas a las familias?

Porque los niños tienen derecho al juego libre, a no sobrecargarlos y llenarles sus agendas con actividades pre-diseñadas para entretenerlos. Ellos nos piden rutinas porque les da seguridad, pero éstas incluso requieren grados de flexibilidad. Además, el tiempo de aburrimiento es necesario para conocerse más a sí mismos y despertar su creatividad.

Pueden leer más en este artículo Don’t obsess over digital lessons. Let children create own lessons donde se comparte la opinión de dos expertos investigadores del juego.

For the next few weeks, let’s observe children’s genius as they play and direct their own learning. Then let’s come back together in school, not to plunge into a frenzied game of catch-up, but to proceed thoughtfully with balance. A balance that lets children be children and allows our competent educators to collaborate with them in creating learning paths that respect the full complement of social, emotional, physical, and cognitive development. 

Porque entendemos que la gran mayoría de familias está en un proceso de ajuste de horarios, de entender y sentir el fluir de los momentos familiares e individuales en esta nueva dinámica. También porque hay responsabilidades laborales continuas (incluso más demandantes de lo normal), los horarios de los niños y sus rutinas han cambiado, y porque todos los días son distintos.

¿Por qué hemos organizado check-ins, focus groups y llamadas con familias?

Porque desde siempre, en Bellelli las familias son protagonistas fundamentales del proyecto educativo. Existe una interdependencia fuerte y significativa entre los niños, las familias y las maestras. Para nosotros, es vital entender las necesidades satisfechas e insatisfechas de las madres y padres, cuáles son los retos que están teniendo en estos momentos, cómo cambian esos retos a diario, cuáles son las mejores formas de acompañarlos y principalmente: escucharlos.

Felicitamos a Bellelli por la resilencia que han demostrado durante este evento. De semana a semana los avances son muy tangibles para nosotros los padres. Es claro que se están retroalimentando entre ustedes para ver qué cosas pueden hacer mejor y sobre qué seguir trabajando y como asegurar que su aporte sea significativo para cada familia. - Familia Bellelli

¿Por qué hemos organizado check-ins y llamadas con el equipo Bellelli?

Nuestro proyecto educativo se centra en una gran triada que integra a los niños, las maestras y las familias. Para Bellelli, escuchar y validar las emociones del equipo, entender sus preocupaciones y simplemente vernos las caras y conversar cada par de días, nos permite sentir la fuerza de una comunidad sensible y perseverante, que se une para sobrellevar situaciones duras, pero que celebra todos los logros. Nuestras conversaciones incluyen risas, compartir sentimientos y necesidades, soñar juntas y buscar siempre lo mejor para los chicos.

Quiero agradecerles porque siempre han estado conmigo en momentos difíciles y ahora a pesar de que la incertidumbre es muy grande, nos ayudan muchísimo a conectar con la realidad y poder agradecer lo que tenemos hoy. Un abrazo, de verdad GRACIAS ❤️

¿Por qué hacemos todo esto?

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Porque somos fieles defensoras de los derechos de los niños, del juego libre, de reconocer y validar las emociones de niños y adultos y conversar al respecto. Los niños deben estar jugando en este tiempo lo más posible, no solo los pequeños, sino al menos hasta los 8 años.

Lo hacemos también porque estamos viviendo momentos muy complicados, donde como seres humanos: pequeños o grandes estamos buscando satisfacer necesidades universales en momentos críticos. Así como el niño se frustra y se enoja porque no tiene espacio, o se siente inseguro o cansado, porque tiene necesidades insatisfechas, le pasa igual al adulto. Lo expresan de distintas maneras, pero el reconocimiento de la emoción es igual de importante en ambos, en todos. El adulto que busca proteger al niño del peligro, está necesitando la misma protección para sí mismo, por lo que es una experiencia de aprendizaje para ambos, nos coloca a un mismo nivel. Lo que hacemos entonces desde Bellelli, es acompañar estos procesos en cada familia, evidenciar que en los pequeños detalles, en lo simple, en lo cotidiano está lo mejor. Vivir el momento plenamente desde la gratitud y generar momentos inolvidables para los niños, desde el amor, sin buscar la perfección.

Terminamos con un texto de Sheryl Sandberg en su libro Opción B:

Construir o no capacidad de resiliencia depende de las oportunidades que tengan los niños y del tipo de relaciones que se establezcan con sus padres, sus cuidadores, sus profesores y sus amigos. Podemos empezar por ayudar a los niños a que mantengan cuatro convicciones fundamentales: (1) que tienen un cierto control sobre sus vida, (2) que pueden aprender de los fracasos; (3) que ellos mismos importan en tanto que seres humanos; y (4) que tienen verdaderos puntos fuertes en los cuales confiar y que pueden compartir.


Escrito por: Carolina García, directora Bellelli