¿Qué significa el llanto de los niños durante las despedidas con sus padres en el Kinder?

¿Qué es el llanto?, ¿por qué le tenemos miedo?, ¿qué está expresando un niño que llora?, ¿quiénes de ustedes se sienten culpables y tristes por el llanto de sus hijos al despedirse en el kinder?

Todos quienes convivimos diariamente con niños estamos expuestos a los momentos más emocionantes, de felicidad, asombro y descubrimiento que viven los niños, y a la vez ante situaciones de incomodidad, preocupación, tristeza, angustia, entre otros. La mayoría de adultos quisieran que los niños vivan en un estado eterno de felicidad y emoción. Sin embargo, los niños como cualquier otro ser humano, tienen la capacidad de sentir todas las emociones. Ellos también están haciendo su mejor intento de satisfacer necesidades universales y el llanto en las edades iniciales es su principal forma de comunicación de emociones. Somos los adultos que los acompañamos los que les podemos brindar y modelar estrategias para poder tener otras formas de comunicarse, entenderse y de autorregularse, como parte de su desarrollo socio-emocional. Cuando un adulto se va y deja al niño en el kinder llorando, antes de despedirse es importantísimo decirle:

Entiendo que te podés sentir triste/vulnerable/enojado/preocupado/nervioso de que me vaya…

…pero estás seguro con tu maestra y la vas a pasar bien.

…. podés llorar hasta que estés más tranquilo, aquí te va a acompañar tu maestra.

…pero nos vemos después del almuerzo.

… pero te puedo dejar un beso en la mano para que lo tengás todo el día con vos.

…y yo también me siento así, pero estoy seguro que vamos a estar tranquilos pronto.

…te estaré pensando todo el día, porque tenemos una gran conexión.

….porque te gustaría que me quede. Hoy no puedo, pero mañana sí.

Lo importante es lograr la conexión con los niños, hacer visible la compresión y escucha que hay, mientras que les transmitimos tranquilidad y confianza. Sin embargo, estas emociones se juntan con las de los adultos, que también están viviendo importantes procesos de crianza, de emoción y duelo de ver a los hijos crecer, de apertura a nuevas personas en nuestro círculo de confianza y de nuevas experiencias que los niños van a vivir, donde no siempre estaremos presentes. Por esta razón, es igualmente valioso que los familiares de los niños sean empáticos consigo mismos y tengan mucha autocompasión para que puedan expresar sus emociones. Este proceso del adulto, inmediatamente envía un mensaje poderoso a los niños y juntos viven el proceso de manera más equilibrada.

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Cuando un niño pequeño llora se evidencia que hay un vínculo seguro con los adultos de confianza, con sus cuidadores primarios. Lo importante es que quienes lo reciban en el kinder validen estas emociones y lo acompañen en su proceso, el tiempo que sea necesario. La verbalización de las emociones, a través del lenguaje, genera una importante conexión en el cerebro y manda un mensaje a todo el cuerpo.

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La naturaleza, en nuestros centros educativos, ha sido otro escenario poderoso en este proceso, un organismo vivo, que transmite a los niños y adultos mucha fluidez, paz, comprensión y afecto.

Si el llanto sucede también cuando hay lenguaje verbal, es porque forma parte de la experiencia que tiene el niño y porque la conexión sigue siendo muy fuerte con sus padres y le encantaría pasar el día juntos. Igualmente se le valida y se le pida que también lo verbalice.

Por último, tanto para los más pequeños como para los grandes, algunas ideas que son recomendadas para este proceso son: tener rutinas definidas en cuanto a horario que le brinden seguridad a los niños, crear rituales de despedida especiales para cada niño, validar y expresar también las emociones de los adultos, siempre despedirse y avisarles, en la medida de la posible, quién regresa por ellos. Es importante que los niños vivan estos procesos, y tener una escucha muy activa de la conexión entre ambos.

Juego libre: una ventana de conexión con los niños

Les hemos compartido ya en otras ocasiones que el juego tiene beneficios físicos, cognitivos y socio-emocionales, principalmente cuando se da con libertad, ya que el niño entra en un estado de placer y reto donde naturalmente va aprendiendo de sí mismo, del nosotros y de su contexto (que puede ser tan grande como el mundo entero).

Foto por: Catalina Avellaneda

Foto por: Catalina Avellaneda

El rol del adulto en este tipo de juego es de escucha activa, ya que el niño o niña en sus diálogos y representaciones va a dejarnos entrar en su mundo. Esta escucha empática debe respetar los tiempos y movimientos de los niños, y requiere de un adulto sensible que logre buscar la manera de conectar desde el corazón, sin juicio y con mente abierta.

Cuando los niños están realmente enganchados en su juego, son como un libro abierto de sus emociones, de sus anhelos, de sus cuestionamientos, de lo que están viviendo y de su visión de mundo. Es la forma más poderosa de conectar con un niño en su esencia más natural, ya que durante el juego, su noción de tiempo y espacio se borra, logran vivir el presente. Algunas preguntas poderosas que les puede ayudar son: ¿contame para adónde va este personaje, animalito?, ¿adónde está el resto de su familia?, ¿qué le gusta jugar?, ¿por qué se ve un poco asustado, qué le habrá pasado?, ese personaje me quiere decir algo pero no le entiendo, ¿me podrías ayudar a ver qué está diciendo?

Por lo tanto, los centros infantiles y las escuelas deben brindar cada vez más espacios para que los niños jueguen de manera libre y con elementos naturales. La importancia de este tipo de juego debe ser un valor compartido entre toda la comunidad educativa, para que así también las familias lo pidan más y lo valoren más. En estos tiempos donde existe tanta desconexión entre las personas y donde cada vez los adultos se conocen menos hacia adentro, el juego es lo que nos puede salvar y para eso, los mejores profesores son los niños. El juego es un derecho y es nuestra responsabilidad velar porque se cumpla, no solo en los niños pequeños, sino como aprendices para toda la vida. ¡Los invitamos a entrar en el mundo de juego de los niños!

Dejemos a los niños ser niños un poco más de tiempo

Cuando logro pausar y reflexionar sobre Bellelli Educación, pienso en cada uno de los niños, maestras y familias que han formado parte y forman parte de esta gran comunidad de aprendizaje. Parecía una locura hace unos años y en este año que cumplimos 4 años de haber abierto la primera sede, hay tanto tanto de lo que puedo agradecer: las personas principalmente, pero también de todo lo que he podido aprender, equivocarme, luchar, celebrar, perder, movilizar, enamorar, transformar, apoyar, mover, negociar, sensibilizarme, pausar, crecer, reír, llorar, jugar....

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Sé lo exigente que soy y sé por qué lo hago, creo en este proyecto y creo en las personas que son parte de él y muchas otras que se van uniendo. Es evidente la razón por la que inició, es visible el espíritu detrás de Bellelli: un deseo fuerte de transformación, que trasciende las paredes de la escuela.

Hay algo por lo que quiero seguir luchando y es por el paso a la "escuela de grandes". En Bellelli creemos 100% que los niños deben vivir su infancia plena y llena de juego el mayor tiempo posible. Tendrán muchos años para estar en un aula tradicional, mientras no haya un cambio fuerte en el sistema educativo. Hay muchos estudios con estadísticas y razones muy buenas de por qué deben jugar y jugar lo más posible, para los que quieran verlo desde ese ángulo. Yo los invito a verlo desde los ojos de niños, desde el placer de jugar, inventar, soñar, tener muchos abrazos y besos diariamente, crear, jugar en el jardín, ensuciarse, vivir sus tiempos.... Las escuelas deben convertirse más como en el Kinder y no al contrario.

Por eso, una vez más vuelvo a las palabras de un gran amigo Sergio Spaggiari:

"Puede existir una educación que esté de parte de los niños y sus familias. Puede existir una escuela que satisfaga el derecho de los niños al juego, aprendizaje, a la emoción y al placer. La escuela, para las maestras, los niños, las familias, debe ser un 'lugar especial' adonde vivir bien."

¿Cuál es la prisa porque inicien ya en un sistema escolar tan formal?, ¿se dan cuenta que no hay vuelta atrás en el tiempo?, ¿por qué tantas escuelas no logran ver que los niños tienen una necesidad innata de moverse, jugar, explorar, maravillarse de lo cotidiano?

¿Sabían que el mejor tiempo para aprender a resolver problemas, a trabajar en equipo, a ser creativos, a entender las emociones, a manejar emociones, a escuchar el cuerpo, a probar experiencias nuevas es en la primera infancia? Entre más corto es el tiempo de ser niños, más les limitamos estas experiencias de aprendizaje que serán clave para el resto de sus vidas. Ahora es su tiempo de jugar de manera ilimitada, pero con responsabilidad. Los invitamos a leer este otro artículo relacionado: Preparamos A Los Niños Para La Vida, ¿Pero Están Listos Para La Escuela?

Artículo por: Carolina García, directora Bellelli