Proyectos Bellelli: juego, comunidad y naturaleza

Los Proyectos Bellelli son procesos de investigación que nuestros niños realizan en torno a sus intereses. Nacen de sus juegos y etapas de desarrollo; conectan con sus emociones y requieren de relaciones con otros. Los proyectos son naturalmente complejos y flexibles, donde conviven el aprender y el enseñar. Los niños lideran su aprendizaje y un equipo transdisciplinar los acompaña, sostiene y reta a lo largo del trayecto.

Los Proyectos Bellelli requieren de tres condiciones fundamentales para su desarrollo: juego, comunidad y naturaleza. La planificación y ejecución de proyectos Bellelli se nutre de diversidad de materiales, objetos, herramientas, ambientes, disciplinas y teorías, creadas por los niños, en diálogo con ellos o reinterpretados, con el fin de potenciar sus fortalezas y competencias individuales y sociales. Estas investigaciones varían en duración, siempre respetuosas del tiempo interno de los niños y de su nivel de curiosidad.

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Juego | Bellelli : El juego es la condición primordial para el aprendizaje en los Proyectos Bellelli. Es un derecho universal de todos los niños. Jugando es que el niño se conoce y conoce al otro, que lo entendemos en su ser y hacer creativo y que descubre el mundo.  El juego permite a niños y adultos aprender habilidades de la vida como: resolución de problemas, creatividad, inteligencia emocional, flexibilidad cognitiva,  pensamiento crítico, y también sobre colores, números y letras, siempre y cuando exista pasión y reto.

Comunidad | Bellelli : Los niños son seres sociales y ciudadanos activos, inmersos en grupos y sistemas complejos. Estar en relación, para nosotros significa conectar desde el respeto, el afecto y la empatía. Los Proyectos Bellelli se nutren de la individualidad de niños y adultos (maestros y familias), pero favorecen las interacciones, que son condiciones necesarias para negociar, resolver problemas, cooperar, comunicarse asertivamente y trabajar en equipo para alcanzar objetivos para el bien común. Gracias a nuestra política de puertas abiertas, familias y expertos, enriquecen nuestros proyectos de investigación.

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Naturaleza | Bellelli: Los proyectos Bellelli tiene un altísimo componente de diálogo de los niños con la naturaleza: la aman, la investigan, la cuidan, la re-interpretan y la confrontan. Diariamente los niños están con la naturaleza en nuestros jardines de 4000 m2. Estos espacios son el laboratorio perfecto para experimentar, disfrutar y conocer sobre: animales, plantas, colores, la tierra, los fenómenos climáticos, los tiempos naturales, entre otros. En esta línea, buscamos además generar proyectos comprometidos con el desarrollo sostenible, por eso el 40% de nuestros materiales educativos son de reciclaje (material abierto).

"En la naturaleza solo hay cosas bonitas, no feas" - Julieta, 4 años.

La naturaleza es uno de los más importantes sujetos de nuestro proyecto educativo, que da vida a nuestra cotidianidad. Ésta nos invita, acoge, guía y conecta. Como comunidad educativa hemos decidido tomar consciencia plena de su existencia, acercarnos a ella desde una mirada atenta, empática, respetuosa y con un fuerte interés de aprendizaje y juego. “El jardín nos pide que nos paremos, que nos detengamos un momento. En el jardín hay un ocio fecundo.” Ritscher, P.

Al inicio del semestre le preguntamos a los niños: ¿qué es naturaleza? Sus respuestas fueron concretas, hermosas y provocadoras: un palo (Rafael), los árboles salen en el jardín (Clara), las tucas (Marianne), no podemos arrancar flores (Fuad), es llover de día y de noche (Alan), es andar en el zacate con los elefantes y con los papás (Beatriz). También le preguntamos a las familias y estas son algunas de sus respuestas: La naturaleza es todo, nosotros somos naturaleza... no la apreciamos tanto como deberíamos hacerlo, por tenerla tan cerca y tan inmediata. (Denise). La naturaleza es todo lo que nos rodea, es esa fuerza mágica que lo crea todo, es la fuerza con la que nos tenemos que conectar todos los días para estar saludables...(Jimena).

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Como equipo Bellelli, nuestro proceso investigativo ha estado enfocado en la observación de la experiencia cotidiana de los niños y adultos en la naturaleza y también revisando distintos autores como: Richard Louv, Penny Ritscher y Gregory Bateson. Nuestra intención inicial fue partir de este gran sujeto y hacer una lectura de los niños y su diálogo con el entorno natural. Sabemos de los muchos beneficios que tiene para el ser humano crecer en armonía con la naturaleza, y como proyecto educativo nos interesa promover y abogar porque todos los niños tengan experiencias significativas, y así aprovechar al máximo esta interacción. El adulto, por tanto, acompaña estos descubrimientos desde el asombro y la interpretación.

Desde sus inicios, Bellelli dio prioridad y decidió invertir en amplios jardines para niños y adultos como espacios de aprendizaje, porque reconocemos el valor que tiene para la persona en crecimiento estar en diálogo con la naturaleza. Nuestros jardines son significativamente más grandes que el promedio en otros centros infantiles. Este contexto 90% libre de objetos artificiales ha logrado afinar la agudeza de los niños en la escucha de los pájaros, el viento, las gallinas; también ha posibilitado que los niños aprendan cuándo están listos los frutos de los árboles, adónde encontrar buenos palitos y ramas secas para jugar, cuáles elementos suenan y cuál es la mejor sombra o microclima dentro del inmenso jardín. Para las familias trae una especie de añoranza que conecta con su infancia y todos los recuerdos sensoriales asociados. Al mismo tiempo, una especie de solución para las familias, ya que de lo contrario no tienen otros espacios naturales donde convivir diariamente, porque ahora generalmente se vive en torres o en casas con poca o ninguna área verde.

Para nosotros, el jardín es un educador más lleno de sorpresas y libertad, con espacios íntimos y espacios de apertura, es un laboratorio de vida e imaginación, y por lo tanto debemos reconocerlo y valorarlo. Éste nos confronta y nos da una mirada de los niños distinta de su experiencia en espacios interiores, desde sus intenciones de niños y con más autonomía incluso para vivirlo cada uno a su manera. El jardín es un derecho de los niños, así como lo es el derecho al juego. “Así como los niños necesitan buena nutrición y adecuado sueño, ellos también necesitan contacto con la naturaleza.” Richard Louv

¿Cuáles entonces son los beneficios físicos, emocionales y cognitivos del tiempo de calidad de los niños Bellelli en la naturaleza? De acuerdo a Penny Ritscher, “en el jardín los niños proyectan, deciden, acuerdan y realizan, siguiendo una lógica propia. Es una lógica secreta, en el sentido de que a un adulto le puede parecer ilógica.” Dicho en otras palabras: los niños tienen la oportunidad de autorregularse, tomar decisiones, sentir, amarse, responsabilizarse, aprender en equipo, colaborar, organizarse, ser creativos, encontrar soluciones a problemas simples o complejos, definir metas y cumplirlas, mientras aprenden en el camino. La naturaleza le enseña a los niños sobre amistad y las fortalece, a través de experiencias compartidas y donde se involucran todos los sentidos. “La exposición a la naturaleza puede mejorar todas las habilidades cognitivas de los niños y la resistencia a estrés negativo y depresión.” Richard Louv.

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Al no tener contacto con naturaleza, los niños “disminuyen su uso de los sentidos, se presentan dificultades para la atención y un mayor porcentaje de enfermedades emocionales y físicas. Además, entre más alejados crezcamos de la naturaleza, más nos separamos unos de otros físicamente.” Richard Louv llama a esta fenómeno: desorden de deficiencia de naturaleza, el cual puede ser detectado de manera individual, en familias e incluso comunidades.

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Es nuestra responsabilidad brindar a los niños estos espacios, abogar porque muchos otros más los tengan o puedan acceder a ellos, para así aprovechar sus beneficios ahora y para el resto de sus vidas. Así como debemos preocuparnos de preservar la naturaleza, amarla y respetarla, también debemos salvaguardar el asombro y calidez del niño con la naturaleza. Como proyecto educativo, debemos apuntar a escuelas con inmersión total en ambientes naturales y así formaremos seres humanos más integrales, conscientes, sanos y sensibles.

El tiempo en la naturaleza no es tiempo de diversión, es una inversión esencial en la salud de los niños (y a la vez, en la nuestra).
— Richard Louv