¿Qué es el tiempo de acogida?

Para las maestras y el equipo de Bellelli, la confianza de los padres es un regalo muy preciado. Junto a ellos, se inicia un lindo y emocionante camino en el que maestras y niños empiezan a conocerse y crear vínculos, entendiendo que el centro educativo es un lugar seguro y que las maestras son personas de confianza, que los van cuidar y educar con mucho amor. A este proceso le llamamos el tiempo o periodo de acogida, que varía de niño a niño.

En preparación para el inicio de actividades en Bellelli, el equipo de maestras conversó y reflexionó mucho sobre el tiempo de acogida y su impacto en las experiencias de los niños. Este periodo es especialmente importante para los niños en edad de Nido (1 a 2 años), quienes se encuentran -por primera vez- con un mundo social más amplio que incluye a maestras, otros niños y sus familias.

Durante el periodo de acogida se dan los primeros encuentros entre el niño y sus padres, por un lado, y el centro -las maestras, el espacio, los objetos y las rutinas- por el otro. Conocer a la familia es esencial para facilitar y acompañar este proceso: cada niño posee una personalidad distinta, con gustos e intereses diferentes; cada niño tiene horarios particulares de alimentación y sueño, y cada niño se desarrolla a un ritmo particular. Además, cada familia tiene una historia y cultura propias, así como preocupaciones individuales, las cuales influyen en el proceso que siguen los niños al empezar su vida en un centro educativo.

Debido a lo anterior, la acogida abarca un periodo de duración no definida, en el que el respeto a los procesos individuales de cada familia es clave para lograr una conexión con ellos.

Esta conexión entre padres, maestras y niños, son la base para la exploración que se da -cada vez con mayor profundidad- a medida que pasan los días y semanas. Los niños van descubriendo los rincones tranquilos donde pueden esconderse si desean un poco de calma, las diferentes texturas del piso, alfombras, zacate, troncos y tierra del jardín, los sonidos de las aves, los bichos, la lluvia y el viento, los desniveles del suelo, las tonalidades de la luz al pasar el día, y los espacios donde se encuentran los niños y maestras del otro salón.

Al descubrir el espacio, es importante que los niños y sus familias se vean representados como miembros de la comunidad que se va formando. Las fotos familiares y objetos significativos traídos del hogar –peluches, chupetas, mantitas- se suman a nuevos objetos y experiencias que niños, maestras y familias construyen juntos en su día a día en el centro.

El proceso de acogida permite también el encuentro con otros niños. Es muy emocionante ver a un niño observar a otros, acercarse a ellos y descubrir -poco a poco- que poseen necesidades e intereses muy similares. Con el pasar de las semanas, los niños reconocen a sus compañeros de clase, se emocionan cuando los ven llegar en la mañana y se saludan entre ellos con pequeños gestos o palabras. Aprenden a reconocer sus nombres, se buscan cuando no están y muestran gestos de empatía cuando los ven llorar, o al compartir emociones intensas.

Este año ha sido una alegría muy grande ver a los niños y sus padres ‘hacer hogar’ en Bellelli. Sus interacciones, exploraciones y descubrimientos se han ido haciendo cada vez más enriquecedoras, dando cuenta de una seguridad y confianza adquiridas gracias a la colaboración de los tres actores más importantes dentro de nuestra filosofía: el niño, su familia y las maestras.

Vivian Jacoby (psicóloga),  maestra de Nido




Importancia del juego en el desarrollo de los niños

A continuación las respuestas brindadas por Bellelli a una periodista de La Nación para un reportaje:


1. ¿Qué tan importante es para el niño el juego en su desarrollo físico y mental?

El juego es vital en el desarrollo físico, social y mental de los niños, es tan importante como dormir y comer. El juego más adecuado para el desarrollo integral de los niños es el juego guiado por ellos. En otras palabras, el juego que los niños pueden escoger con qué y cómo jugar, sin que un adulto planifique o estructure previamente esa experiencia, pero respetando a las otras personas y a los materiales. 


2. ¿Existe una dosis de juego “mínima”?

Los niños deben jugar diariamente lo más posible, ya que en los primeros seis años de vida es la forma más importante de aprendizaje de los chicos. Preferiblemente esta dosis debe incluir: la participación de otros niños, el contacto directo con la naturaleza, disfrute, retos y aventuras.


3. Como apoyo al proceso educativo, ¿es útil “jugar? ¿Qué diferencias trae con respecto a la educación “tradicional”? 

El 85% del desarrollo cerebral en las personas se da entre los 0 y los 5 años, este desarrollo se da principalmente gracias a experiencias de juego que permitan a los niños inventar, crear, investigar, resolver problemas, generar vínculos emocionales, conocerse a ellos mismos, así como desarrollar destrezas motoras y cognitivas. Mientras que el aprendizaje a través del juego hace que el niño sea activo en su propio proceso de aprendizaje, la educación tradicional ve al niño como un receptor pasivo y no deja espacio para la innovación y la creatividad. 


4. ¿Para que tipo de niños es adecuado aprender de esta manera?

El juego es un derecho universal y es la forma más inclusiva de aprendizaje para los niños, porque nos permite conocerlos plenamente y brindarles las experiencias que los pueden enriquecer más.


5. ¿Cómo deben ser los juegos para funcionar como ayuda en el desarrollo?

Los juegos deben ser simples, flexibles, y preferiblemente con materiales abiertos (que permiten muchos usos) como: cajas de cartón, telas, palitos, bolas, entre otros. Los mejores juegos son los que permiten a los niños ser activos y no pasivos, como la tecnología. Además, es bueno que sean pocos a la vez, para fomentar la concentración.