¿Se puede aprender del error? -por Lupe Chaves (maestra Espiral)

La educación para mí debe ser honesta, transparente y centrada en el amor. Soy maestra desde hace 13 años y puedo asegurar que cada año que pasa soy más segura de lo que hago, más completa y más madura.

El paso por la educación tradicional dejó en mí una huella indeleble y sí, al convertirme en una maestra reggiana me encontré con muchos retos, pero también se me abrió un mundo lleno de posibilidades. No sólo aprendí a valorar el potencial de los niños, sino que también me di la oportunidad de descubrirme como una maestra única: con mucho que aprender, crecer, pero sobre todo, dar.

Creo en el poder de exponerse y tomar retos constantemente. Además, creo y defiendo el derecho a equivocarse. Los niños me demuestran a diario que la mejor manera de aprender es tomando riesgos y levantándose cuando han caído, corrigiendo sus errores para poder tener éxitos, y aprendiendo del ejemplo de los demás.

Los errores son normalmente vistos como fracasos y no hay nada más equivocado que esto. Los fallos son muestras de crecimiento y potencial. El aceptarlos da paso a la corrección y la exploración de nuevas ideas que nos proporcionen un resultado diferente a una situación específica. Por consiguiente, son necesarios para seguir aprendiendo y avanzando.

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Hay un ejemplo en mi experiencia que ilustra muy bien este tipo de aprendizaje por medio del error. El enfoque Reggio Emilia tiene como uno de sus pilares el permitir que los chicos aprendan por medio de sus intereses y que sean ellos quienes lideren y marquen el camino a seguir dentro de los proyectos. Sin embargo, en mis primeros años como maestra Reggiana me equivoqué mucho al tratar de imponer mi punto de vista, sin darle a los niños el tiempo necesario para que propusieran y desarrollaran sus ideas. Esto me hizo entender que, aunque los chicos se divirtieron y aprendieron mucho, los proyectos fueron en gran parte liderados por las maestras. Es un reto muy grande el saber en qué momento involucrarse o alejarse del juego de los chicos, soy consciente de ello, por eso cada día me esfuerzo en dejar que sean ellos quienes me guíen y me enseñen, teniendo en cuenta que lo más probable es que me equivoque y de ello aprenda algo nuevo.

Me gustaría que cada vez más personas se animen a equivocarse, a plantearse nuevos retos y a jugársela con todo. Así como los chicos hacen diariamente, agregándole además una pizca de valentía y felicidad.

Sobre la autora:
Guadalupe Chaves es Master en Educación Familiar de la Universidad Complutense, España. Además, tiene una licenciatura en Educación Inicial con especialidad en Educación Parvularia, El Salvador. Ha participado en diversos grupos de profundización del enfoque de Reggio Emilia, entre ellos: Conferencia Anual sobre Reggio Emilia en Colombia 2015 y 2016; el I Congreso Internacional Infancia Visible: soñar y actuar inspirados en Reggio Emilia organizado por Bellelli y Universidad Lasalle; y el grupo de profundización sobre el Atelier en Reggio Emilia en el 2017.

Trabajó como maestra de educación inicial y primer grado en El Salvador durante 11 años con diversas metodologías de aprendizaje. Lupe actualmente es maestra de Espiral 2 y se ha especializado en preparar a los chicos a la transición a la escuela. 

¿Qué es autonomía en primera infancia? por Marianela Arguedas (maestra Nido)

En mi experiencia con los niños, no han dejado de asombrarme y maravillarme con cada una de sus conquistas: ponerse la ropa, lavarse las manos o guardar los juguetes; son acciones cotidianas que poco a poco van logrando en sus vidas.

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¿Qué es y cómo se vive diariamente la autonomía en los niños?

Reflexiones de una maestra de Nido en Bellelli

 

Cuando pienso en las veces en que he podido presenciar a un niño tratando de ponerse sus zapatos al revés, o bien cuando la mitad de la comida cae en el suelo; me hace pensar ¿cómo me he sentido? Tal vez desesperada, con ganas de ayudar o hacerlo por ellos, con incertidumbre; en fin, esta misma situación la hemos experimentado todos, alguna vez en la vida.

Estas preguntas, estos sentimientos y todo lo que me han enseñado los niños, me han motivado a compartir mi experiencia en los procesos de autonomía, desde que están muy pequeños. Ellos mismos nos lo piden, con gestos, con acciones o bien con solamente un “yo solo” nos dejan ver que están listos para intentarlo.

Pero, ¿qué es y cómo se vive diariamente la autonomía en los niños?, y ¿por qué considero que es tan importante? La autonomía es un proceso en el cual una persona tiene la oportunidad de hacer cosas por sí misma, desde cubrir sus necesidades básicas, seguir sus objetivos, hasta aprender nuevas habilidades para su vida.

Son precisamente estas oportunidades las que deben tener los niños en la cotidianidad de la casa y  de la escuela. En ocasiones, tendemos a pensar que los niños “no están listos” para cierta acción, pero hay que tener presente que están en ese proceso de aprendizaje; y entre más oportunidades tengan de hacerlo, más y mejor será la satisfacción del niño al ver sus logros.

La autonomía que un niño va adquiriendo progresivamente no solamente le da la oportunidad de auto realizarse como persona, sino que también son procesos donde los niños se empoderan y refuerzan su autoestima, aprender sobre el valor del esfuerzo y la perseverancia, se enfrentan a la toma de decisiones y resolución de problemas; así como el manejo de las emociones, entre otras habilidades. 

Pero ¿cuál es el rol del adulto durante estos procesos? Nuestra actitud y energía tiene que verse concentrada en ser adultos competentes, que acompañan al niño, donde no solo potencie el aprendizaje, sino que permita al niño que viva sus procesos, siempre con una actitud de respeto.

Además, que sea un adulto que entiende que los niños durante sus procesos se van a poner la camisa o abrigo al revés, se va a derramar el agua, pero también van a lograr ir al baño solo o bien traer la comida a la boca sin que se caiga; y es justamente esto lo que va a permitirle al niño un verdadero proceso de aprendizaje, donde el acierto y el error van de la mano.

Algunos consejos prácticos para fomentar la autonomía desde la cotidianidad:

  • Tener expectativas claras, de lo que se puede esperar a cada edad, con respecto a la autonomía de los niños.
  • Que los niños tengan rutinas claras, por ejemplo para guardar los juguetes o recoger la mesa después de comer.
  • Brindar las herramientas necesarias para que puedan actuar de forma independiente, por ejemplo: tener a su altura cajas para guardar los juguetes.
  • Darle oportunidad de que elija su ropa, se ponga los zapatos y se lave las manos solo.
  • Brindar el tiempo requerido para que los niños hagan las cosas por sí mismos; sin adelantarse a sus acciones.

Sé que es un viaje complejo, donde atravesamos emociones y sentimientos al igual que los niños; pero al ver los objetivos que ellos van logrando, llenan nuestra vida y nuestro corazón del mismo orgullo y satisfacción que ellos mismos experimentan y expresan con tan solo verles su rostro lleno de estos sentimientos.

Sobre la autora:
Marianela Arguedas es Licenciada en Pedagogía con Énfasis en Educación Preescolar. En el 2016, participó en el Grupo de Estudio para Latinoamerica “The Reggio Emilia Approach to education” en Reggio Emilia, Italia. Además, fue facilitadora del curso “Aproximaciones al enfoque Reggio Emilia”impartido por Bellelli y la Universidad La Salle.