Recientemente, hemos compartido en redes parte de los Proyectos Bellelli del 2019: Tierra de Derechos. Detrás de esas hermosas imágenes se esconde un entramado de interrogantes, pausas y decisiones. La gestión de los mismos, más que un camino en línea recta, es y ha sido siempre un viaje en espiral.
Cada Proyecto es acompañado por un equipo de maestras, pedagogas, atelieristas y asesores. Semanalmente nos reunimos para evaluar los avances de los niños y dialogar sobre qué se están preguntando, qué los emociona, qué ha variado en su desarrollo y cómo podemos acompañar ese proceso. Pero, ¿qué significa esto?. Para nosotras, el difícil trayecto de articular la pedagogía con el placer, la práctica con la teoría, la valoración con la evaluación, la rutina con la belleza. Es trazar rutas que permitan alcanzar objetivos concretos sin comprometer el asombro y la alegría.
Esta compleja tarea la llevamos con amor y con la intención de ofrecer una educación de calidad. Más que una frase corporativa, para nosotras esto significa poner en la mesa de trabajo nuestras mejores competencias y ante todo, nuestra ética. Lo hacemos porque creemos que la educación transforma. Por eso, aunque las decisiones que tomamos a veces no son las más acertadas, detrás de cada etapa hay un genuino interés por mejorar y por generar un cambio social desde nuestra trinchera.
Así que cuando nos inclinamos por un proyecto de insectos, lo hacemos porque creemos que todos los seres vivimos en profunda interdependencia. Cuando apostamos por un proyecto de tierra es porque defendemos el derecho de vivir en relación con la naturaleza. Cuando decidimos caminar con los niños por el barrio es porque sabemos que la ciudad es de ellos, para ellos. O bien, cuando planteamos un proyecto en torno al alimento es porque entendemos el derecho de los niños a la cultura y así sucesivamente. Detrás de cada proyecto, un sueño, una visión compartida, una apuesta política.
Por eso, los invitamos a volver a mirar los posteos en redes y más que darles like se pregunten con nosotras: ¿qué proceso de investigación estaban llevando los niños y las maestras?, ¿qué valores me invita a reflexionar?, ¿cómo este proyecto aboga por una transformación social, cultural, ambiental? ¿cómo puedo en mi familia o en mi contexto inmediato hacer cambios? Nos encantaría escuchar sus opiniones y construir juntos nuestros Proyectos Bellelli.
Por: Valeria Rodríguez