Niños: la mejor esencia del ser humano

El mejor regalo que les podemos dar a los niños es el de modificar nuestra imagen de niñez, de "pobrecito" a "rico y competente". Lo bueno es que al hacerlo no solamente beneficiamos a un niño, a aquel que tenemos más cercano en la familia, sino que es en pro de la niñez costarricense.

La imagen de niño y niña se refiere a la forma en cómo los vemos, qué creemos que pueden hacer, qué contextos de aprendizaje requieren, cómo se relacionan con las demás personas. En realidad, nuestras decisiones sobre la imagen de niño tienen implicaciones educativas, culturales y políticas.

IMG_E5952.jpg

 

 

Hace algunos meses tuve la oportunidad de presentar en TEDxPuraVidaED, mi ponencia que se llamó: Infancia Visible. Ese día me atreví a decir públicamente, y lo creo firmemente, que es posible transformar un país a través de sus ciudadanos más pequeños: los niños y las niñas. Esa generación representa un presente y un futuro que debemos aprovechar, y si no lo hacemos, es otra oportunidad que dejamos pasar.

Sin embargo, depende de la imagen de niño que tengamos, las oportunidades y el ambiente que propiciamos para ellos. Es primero que todo necesario entender que los niños no son miembros incompetentes de la sociedad adulta, sino que son miembros competentes de su propia sociedad, que tiene su propia cultura y su propio tiempo. La infancia no es una preparación para la vida, la infancia ya es vida, donde el juego tiene un rol vital.

La filosofía educativa de Reggio Emilia (Italia), propuesta reconocida mundialmente, tiene un inmenso poder de transformación social, y nos invita a reflexionar sobre algunas ideas poderosas alrededor de la imagen de niño y niña y sus implicaciones para nuestra sociedad.

Los niños, cada uno con sus respetables diferencias, nacen como ciudadanos locales y globales. Desde su nacimiento tienen predisposición para aprender, para relacionarse, para vivir. Son personas que traen consigo los valores humanos y comunitarios más profundos. Carla Rinaldi, pedagoga de Reggio Emilia y defensora de los derechos de los niños afirma que “el niño tiene la mejor esencia del ser humano”.

Por lo tanto, lo que nosotros creamos de los niños, determinará los derechos y contextos de aprendizaje que les ofrecemos. Si pensamos que los niños son ‘pobrecitos’, débiles y que necesitan lo mínimo para estar cuidados mientras sus padres trabajan, vamos a ofrecerles un modelo asistencialista, muy alejado de lo que es en realidad educación de calidad. He aquí la gran pregunta, ¿los niños tienen derecho a guarderías o a centros educativos de calidad?

Una imagen de niño ‘rico y competente’ debe estar en las mentes y corazones de todos los ciudadanos, no solo los que son padres de familia y docentes, démosle y dense el regalo de tener una nueva imagen de niño y niña capaz, les aseguro que eso permitiría muchos avances en nuestra sociedad.

Autora: Carolina García

Publicado en: La Nación. 21 setiembre 2012, Costa Rica.