Política de puertas abiertas: los abuelos son bienvenidos

Cuando decidimos contar con una política de puertas abiertas, sabíamos que era una decisión arriesgada, una posición de mucha vulnerabilidad y transparencia, pero no nos imaginábamos lo emocionante que sería tener a tantos abuelos presentes en nuestro día a día.

En Bellelli, no celebramos EL DÍA DE LOS ABUELOS, sino que todos los días les damos la bienvenida a abuelos y abuelas: unos que pueden pasar un ratito antes o después del trabajo, otros que están de visita en el país y deciden pasar la mañana con los chicos en Bellelli, otros que simplemente quieren ir a darle un beso a sus nietos y compartir un ratito con ellos.

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Tenemos cientos de historias que contarles, desde los abuelitos que son voluntarios estrella en todas las actividades que hacemos para la comunidad, otros que vienen a cocinar, leer cuentos, jugar fut, sembrar, correr, pintar, entre otros. Lo importante es el tiempo de calidad que puedan compartir, que los niños se sienten felices de mostrarles un poquito de su vida con los amigos a sus abuelos y que las familias comparten con nosotros sus muchas formas de ver el mundo, en un ambiente de respeto y crecimiento para todos.

Cada vez que visito Bellelli salgo mejor abuela, mejor mamá, mejor persona. En Bellelli no solo aprenden los niños sino también los padres, los abuelos, los tíos, los amigos. Aprendemos todos.
Se respira tranquilidad, confianza en las capacidades de los niños, respeto por ellos y aprendizaje de límites sin imposición.
Sobre esto último solo menciono un ejemplo que me sorprendió mucho: que a tan solo una semana de estar en Bellelli, mi nieta de un año y dos meses, en casa, empezó a pedir con un gesto de su mano los juguetes a los primos en lugar de arrebatárselos como hacía antes.
— Abuelita de Cami

En esta época donde todo el mundo está corriendo, tener estos espacios de conexión auténtica, valen oro. Los abuelos se sienten escuchados, que pueden seguir aprendiendo y que pueden compartir sus enseñanzas con otros.  Como comunidad educativa, todos ganamos si les abrimos las puertas a ellos, porque su experiencia es digna de compartir y porque los niños tienen mucho que enseñarnos también.  Este aprendizaje intergeneracional nos enseña de empatía, compasión, respeto, y mucho más. 

Soy una feliz abuelita Bellelli. Agradezco la oportunidad de compartir tan de cerca esta linda etapa de mis nietos.
Me han invitado a trabajar con ellos proyectos de arte en los que siempre disfruto y aprendo de sus actitudes y sensibilidad. Me fascina ver las caritas de interés ante el lienzo o papel en blanco y los resultados que logramos juntos.
¡Gracias por estas oportunidades de convivencia tan linda!
— Abuelita de Antonio y Elena