En Bellelli creemos que es sumamente importante tener un diálogo continuo con proyectos educativos innovadores con los que podamos intercambiar experiencias, compartir retos y aprendizajes para beneficiar cada vez a más niños, docentes y familias en nuestros contextos. Nos emociona encontrarnos a personas apasionadas por lo que hacen, que buscan el bien común y que también se muestran vulnerables y transparentes a su realidad.
El mes pasado visitamos 3 escuelas en California: La Scuola, Ad Astra (escuela fundada por Elon Musk) y Alt School, que a pesar de ser diferentes por su contexto y enfoque, tienen varios puntos de encuentro que son los que quisiéramos resaltar. Cada uno de estos proyectos ha priorizado la calidad, más que la cantidad; buscan generar impacto significativo en la calidad de vida y educación de niños y familias, brindando experiencias ricas y retadoras con equipos sólidos, estrategia clara y fundamentación fuerte.
1. Autonomía y autorregulación de los estudiantes: desde los más pequeños de las escuelas (3 años) se fomenta muchísimo el que los niños sean autónomos, que puedan tomar decisiones, que puedan resolver situaciones de manera pacífica y considerando el otro, siempre en relación y no individualistas. Aprenden desde muy pequeños los límites, en un marco de respeto y de convivencia con los otros ciudadanos. Mientras tanto, aprenden a hacerse responsables por sus acciones y no dependen de un adulto que les esté diciendo que hacer y cómo hacerlo.
Ser alumnos en estos centros educativos requieren que cada uno se conozca a sí mismo, se atreva a probar, conozca sus capacidades y que se sienta seguro de sí mismo, lo cual viene de una práctica continua desde sus primeros años de vida y a la vez de mucho amor y creer en sus potencialidades. El desarrollo emocional es muy importante, así como la capacidad de elegir y de que su voz e intereses son valorados. Podríamos decir que la horizontalidad en las relaciones, y la colaboración (en lugar de la competencia) apoya el proceso de autonomía de los niños.
La autorregulación y la autonomía se convierten en habilidades vitales en estos centros y por lo tanto estos también se convierten en procesos de aprendizaje muy activos en el niño que le servirán para el resto de sus años escolares y hasta el lugar de trabajo en la vida adulto. Por el contrario, un niño que viene de un sistema donde todos hacen lo mismo, de la misma manera y un adulto que los tiene controlados por normas rígidas y totalmente verticales, lleva un proceso de ajuste para aprender a manejar la libertad con responsabilidad. Es por esta razón, que en algunas de estas escuelas el proceso de selección de familias conlleva entender su visión de educación, de estudiante y de autonomía. Deben ser familias que están alineadas a una compresión del mundo mucho más abierta y entendiendo los cambios que la sociedad debe y está realizando, incluidas las escuelas.
“La finalidad de nuestro recorrido y de esta experiencia educativa es la de formar individuos autónomos y capaces de participar en comunidades que sepan transformarse sin negarse necesariamente a sí mismas. Individuos interesados en la humanidad, en sus fuerzas y debilidades... que saben mirar hacia el futuro con optimismo, con el coraje del optimismo que los niños saben tener y saben darnos.”
2. Resolución de problemas complejos y conectados con la realidad: en los centros educativos que visitamos, la conexión de la escuela con el mundo real es parte de la cotidianidad. Niños y adultos están conscientes de su entorno y se le da mucho valor a las experiencias que traen de casa para enriquecer la cotidianidad o generar proyectos. Esta conexión con el mundo real hace que sea más visible el rol tan importante de la formación de ciudadanos y entonces reflexionar sobre los valores y habilidades que debemos construir en conjunto familias y educadores. La escuela cumple entonces un rol político muy importante. En estos centros educativos, los niños también están conectados con comunidades como: SpaceX, la comunidad italiana, la comunidad emprendedora, entre otros.
Elon Musk y sus hijos
Para los niños, la conexión del mundo exterior con la escuela les da un protagonismo como aprendices en el que se sienten importantes y tomados en cuenta por sus ideas, reflexiones, preguntas, propuestas y soluciones para resolver de manera conjunta situaciones que afectan a personas o al ambiente.
Ad Astra School (Los Angeles)
“I think, for all students, part of their day should be engaged in meaningful conversations about these problems that will be facing their generation. It’s important to grapple with these problems as early as possible.”
En Ad Astra, el director diseña continuamente problemas complejos para sus estudiantes, que resuelven utilizando varias disciplinas, herramientas, con apoyo de expertos, pero en un marco de mucho diálogo y escucha entre sus iguales. No hay una respuesta correcta, pero sí debe resolverse de manera ética y pensando en el bien común. Para este director, la escucha que logra de sus estudiantes es lo que alimenta la problematización de casos para que ellos resuelvan. De igual manera, él continuamente les plantea retos para seguir provocando en ellos nuevos aprendizajes y formas de resolver creativamente situaciones. Sería entonces difícil copiar un modelo de esta escuela y llevarse los casos que plantean a los estudiantes, porque justamente viene ahí la importancia de la contextualización y que los grupos y realidades son distintos. En otro de los centros visitados, el programa del Bachillerato International (IB) también promueve este tipo de reflexiones.
Conectado con el punto anterior, el trabajo por proyectos requiere mucha interdependencia y autonomía de los estudiantes y el docente se vuelve un real facilitador, provocador y acompañante del proceso. Los grupos de niños no están separados entonces por edades homogéneas, sino que se enriquece de la diversidad de edades, experiencias, culturas y áreas de interés. Al ser ejemplos reales, muchas veces tienen la oportunidad de exponer sus ideas primero al grupo en la escuela y luego a personas externas, en caso que se requiera, por lo que practican continuamente el hablar en público y en defender su punto de vista, con escucha abierta a los otros.
3. Rol del educador: en estas escuelas, además de los educadores, existe continuamente participación de padres de familias, expertos y entre los mismos estudiantes se intercambian el ser aprendiz y el que enseña. Fue evidente que en las tres escuelas hay un interés genuino de contar con equipos interdisciplinarios y así ver al niño de manera integral.
Los educadores tienen un rol de investigadores, de provocadores y están sedientos de aprender y y cuestionarse también. Las escuelas buscan docentes con pasiones, que inspiren a los niños de distintas maneras y que tengan una mente abierta para la incertidumbre. El título de pedagogía ya no es el más importante para entrar a trabajar a una de estas escuelas, sino personas con interés de seguir aprendiendo, de asombrarse, y que puedan acompañar a los niños en sus distintos procesos de aprendizaje, aportando también desde sus pasiones personales (música, fotografía, matemática, etc). Se buscan personas que sean recursivas y con capacidad de trabajar en equipo.
4. Continuidad: en las distintas escuelas que visitamos, una constante es la continuidad, ya sea del preescolar a la primaria y secundaria o de la primaria y secundaria al lugar de trabajo. Los espacios, currículos y relaciones se diseñan pensando en esta continuidad y en los distintos actores. En todos estos ambientes se requiere promover la interdependencia, la colaboración, la transparencia y la horizontalidad entre los involucrados, en lugar de la competencia, la dependencia del adulto y el individualismo.
Estos centros se enfocan en esta continuidad, ya sea dentro del mismo proyecto educativo o a otros, tanto desde la preparación socioemocional como académica. En estos centros, hay claridad del sistema del que forman parte y las exigencias académicas que existen, por lo que van preparados para pruebas estandarizadas, pero el aprendizaje lo realizan principalmente por medio del juego y proyectos, donde las materias se combinan y enriquecen las experiencias, exponiéndolos principalmente a la resolución de problemas complejos y reales. En uno de los centros mencionan que su perfil de salida de estudiantes es que logren ser la mejor versión de sí mismos: la mejor ingeniera, el mejor bailarín, científico, la que está interesada en energías limpias o el que quiere encontrar las mejores soluciones a los deportes de aventura, etc. Para esto deben entonces disfrutar aprender, ser retados, trabajar en equipo y ser muy responsables. La educación debería tener como prioridad el formar niños, jóvenes y adultos felices y que se sientan realizados.
Estos proyectos educativos tienen además una similitud muy fuerte con los lugares de trabajo más innovadores, donde se busca la relación constante de las personas, la diversidad en los equipos, los espacios para hacer visibles las ideas y co-construir juntos. Es decir, cada vez hay mayor conexión entre las escuelas y el lugar de trabajo, por lo que también fue muy valioso entender que esta horizontalidad se da tanto a nivel pedagógico como administrativo, entre estudiantes y profesores. Fue interesante conocer el rol que tienen las personas con formación artística en el ámbito educativo y cómo dialogan naturalmente ingenieros con educadores y diseñadores para crear contextos educativos de calidad.
Alt School (San Francisco)
La Scuola (San Francisco)
5. Aprendizaje y currículo: los distintos centros educativos que visitamos trabajan por proyectos y están centrados en los estudiantes, los cuales están en relación entre ellos, con los adultos, con su comunidad, los espacios y materiales. El currículo parte de los intereses de los niños y dialoga naturalmente con los requisitos de entidades públicas (ejemplo: Departamento de Educación). Los docentes, en su rol de investigadores, logran conectar saberes requeridos para las edades de acuerdo al desarrollo, con proyectos que implican fortalecer estrategias poderosas en el aprendizaje como: liderazgo, trabajo en equipo, resolución creativa de situaciones, entre otros.
6. Espacios de convivencia y de intercambio: En los centros que visitamos, un espacio muy importante de la vida en comunidad es el tiempo donde se reúnen todos, a compartir cómo están y de lo que están haciendo, a agradecer por el día y vivirlo con la mejor energía; le llaman morning meeting, check-in o asamblea. En estos momentos también son bienvenidas las familias, lo cual hace que se potencie el sentido de comunidad.
De los centros educativos que conocimos, hay muchos espacios y tiempos comunes, que requieren aprender a manejar la libertad con mucha responsabilidad y respeto. Este diálogo constante permite enfocarse en lo esencial de cada persona y en las relaciones sanas y la buena comunicación, tan importantes en la convivencia entre los ciudadanos.
Luego de estas experiencias, nos quedan estas reflexiones: ¿cómo se está dando la continuidad actualmente entre los distintos niveles del sistema educativo?, ¿cómo se prepara el adulto con mucha experiencia en el ámbito educativo tradicional ante los cambios que la sociedad nos moviliza a realizar?, ¿cuál es el miedo de contar con una educación con mayor libertad de parte del alumno?, ¿creemos realmente en que los niños lo pueden lograr?, ¿creemos en sus potencialidades?, ¿podemos soñar una escuela diferente?