Guía práctica para elegir un centro infantil (0-6 años) - 1era parte

Sabemos que escoger un centro educativo implica de los padres un intenso proceso de investigación, visitas a varios centros infantiles, pedir recomendaciones o recibir sugerencias sin ser pedidas y cuestionarse como familia los valores y tipo de educación y crianza que desean para sus hijos. A continuación les presentamos una lista de preguntas que estamos seguras les ayudará mucho en este proceso y que pueden hacerse en casa o hacerlas en las visitas y así facilitarles la toma de decisión:

1. ¿Cuáles valores promueve la escuela? Cada familia tiene su propia cultura con sus valores definidos, los cuales deben compartir en su gran mayoría con el centro que escojan. Pregunten al centro educativo cuáles son sus valores fundamentales y visiten un día el centro para que también los puedan ver en la práctica. No es lo mismo tenerlos pegados en la pared o escoger un valor por semana, a lo que pueden ustedes ver en la cotidianidad. 

Pregunten a familias de ese centro cuáles ven ellos cómo valores de la comunidad educativa y si ustedes están alineados, incluso en temas de consumismo, de inclusión, de género, de competencia vs. colaboración, entre otros.

2. ¿Cómo es la relación con la naturaleza? Si ustedes son una familia que ama la naturaleza, que busca siempre esa conexión, busquen centros educativos que le dan valor a esta relación, que los niños puedan jugar mucho al aire libre, rodeados de árboles, pájaros, frutas, tierra, insectos, entre otros. El jardín por sí solo es el mejor playground que puede existir y desde muy pequeños aprenden a respetar la naturaleza y a quererla. Si por el contrario como familia prefieren estar mucho tiempo adentro y no necesitan del verde y aire fresco, es bueno preguntarse si es una decisión de adulto y si quisieran darle o no esa oportunidad a sus hijos.

3. ¿Qué importancia tiene el juego en el aprendizaje de los niños? En educación progresiva cada vez hay más evidencia del poder del juego guiado por los niños para aprender, sin embargo, todavía muchos centros educativos y familias lo ven como una pérdida de tiempo o un descanso del aprender. Durante la primera infancia (hasta los 7 años), se recomienda que los niños jueguen todo el tiempo, para así garantizar un desarrollo integral pleno. Si como familia realmente creen en las capacidades de sus hijos y del juego, busque centros educativos que lo promueven fuertemente. Si de lo contrario, prefieren un sistema más tradicional porque les da tranquilidad saber exactamente qué va a aprender cada día del año, esté tranquilo con su decisión y lentamente incorpore espacios de juego libre para sus hijos, además de la escuela.

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4. ¿Cómo es la participación de las familias y la relación cotidiana con el centro infantil? Entendemos que actualmente las familias llevan vidas muy ocupadas y que pueden participar poco de la cotidianidad en el centro, pero es importante que se pregunten, ¿de qué formas el centro educativo provee muchas oportunidades distintas para que el padre de familia se sienta involucrado y puede participar en la medida de lo posible? Los centros infantiles deberían poder dar opciones de participación muy flexibles, ya que los padres son los primeros educadores de sus hijos: desde abrir las puertas todo el tiempo a los que puedan y quieren estar, hasta planear los eventos o las vacaciones, lo más acorde a los horarios laborales de las familias. Sí es importante el diálogo continuo con las maestras en las mañanas, para siempre tener viva la conexión con el hogar, que brinda información valiosa sobre el estado emocional y físico de los niños en el día.

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5. ¿Cuáles son los horarios que tienen? Conectado con el punto anterior y para no poner a los niños a correr desde muy pequeños, busquen alternativas de centros educativos que se acomoden a sus horarios actuales. ¿Cuál es la opción de entrada más temprano y de salida más tarde?, ¿hay flexibilidad a la hora de entrar y salir?, ¿si algo se me presenta puedo dejarlo más tarde?, ¿me puedo quedar trabajando en el centro infantil? 

Desacelerar la educación es una consigna urgente, como también lo es desacelerar nuestras vidas.
— Joan Domènech Francesch

Esperamos que estas primeras 5 ideas les ayude a tomar una decisión que como familia estén tranquilos, para que se genere una poderosa y transparente relación de colaboración entre el hogar y la escuela, sin juzgarse el uno al otro, sino en interdependencia. Si tienen algún comentario a estos puntos, los invitamos a compartirlos.