Educación y/es política

En estos días de febrero, hace 4 años, estaba en una pequeña ciudad italiana llamada Reggio Emilia, participando de un evento disruptivo y provocador llamado: Educación y/es política. Éramos dos docentes que veníamos de Costa Rica, junto a otras más de mil personas de distintas partes del mundo, incluidas grandes personalidades que luchan por la educación de calidad para todos: Carla Rinaldi (Presidenta de la Fundación Reggio Children), Peter Moss (catedrático), James Heckmann (Premio Nobel de Economía), Francesco Tonucci (pedagogo), entre otros. La intención de este evento era generar una conversación abierta sobre si la educación es política o si son dos fuerzas separadas.

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Esta semana, me encuentro de nuevo en esa ciudad, pero ahora viviendo una realidad política y social que no me imaginaba en mi país y que me duele inmensamente. Sin embargo, sé que estoy en el lugar correcto y en el momento correcto, esta vez junto a otras siete costarricenses. Esta es una nueva oportunidad para tomar energía, dialogar y recordar la importancia de la participación activa de niños, docentes y familias en la dimensión política dentro y fuera de las escuelas; para así entonces, regresar al país con mayor fuerza ciudadana y criticidad en nuestros roles.

Desde Reggio Emilia, nos invitan a pensar en las escuelas como espacios democráticos y públicos, de práctica ética, encuentro y de inclusión a las subjetividades. Un lugar donde las ideas y experiencias de los niños sobre derechos, ciudadanía y valores son realmente poderosas y bellas. Por tanto, inspirarse en el enfoque educativo de Reggio Emilia, como propuesta educativa transformadora, no es solo lo que podemos apreciar en la superficie de las escuelas y en los asombrosos proyectos de los niños. Más bien es una movilización política, social y cultural sobre el tipo de sociedad que queremos; es un modelo de lo que significa un proyecto educativo de calidad para primera infancia. Implica por tanto elegir entre el individualismo y la competencia, o el aprendizaje social y la interdependencia de unos con otros. Estas creencias y decisiones no han sido fáciles, ha sido una lucha intensa desde la Segunda Guerra Mundial. La apuesta fue clara y ha sido exitosa: la ciudad de Reggio Emilia decidió invertir en servicios educativos municipales de calidad desde hace más de 70 años y va a seguir haciéndolo, y es a la vez uno de los factores claves para el desarrollo social y económico de la ciudad. El éxito del enfoque radica en crear relaciones entre la familia y la escuela, la escuela y la ciudad, los niños y los adultos y nunca reemplazar a uno por otro.

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Tomando estas enseñanzas como un caso de acierto y dada la situación actual, donde “no es solo un día de elegir, sino un proceso de construcción colectiva” (Daniela Lanzi, pedagoga) debemos promover desde las escuelas: reflexiones políticas. La educación sí es una práctica política y la participación de todos es vital. Podemos iniciar con las siguientes preguntas: ¿qué es educación de calidad?, ¿qué significa invertir en educación de calidad?, ¿qué tipo de relaciones existen entre las escuelas y la ciudad?, ¿están las escuelas acogiendo la diversidad de familias y buscando formas para que todos participen de manera activa y respetuosa?, ¿hacia qué formas de ciudadanía queremos apuntar como país? El punto de partida siempre debe ser el protagonismo del niño y su rol como ciudadano en una comunidad abierta.

Carolina García, educadora y fundadora de Bellelli Educación.

Parque del equipo Bellelli en Reggio Emilia. Febrero 2018

Parque del equipo Bellelli en Reggio Emilia. Febrero 2018

La escogencia de un modelo de la mente humana en lugar de otra es de relevancia política y social
— Jerome Bruner