Bellelli: una cultura de juego, amor y transformación

Estamos próximos a una nueva etapa de Bellelli, una que nos emociona muchísimo, que trae nuevos retos pero a la vez muchas oportunidades: tendremos una segunda sede y con ello una comunidad que crece y se fortalece. Esta decisión y este nuevo camino nos hizo reflexionar sobre nuestra identidad, nuestra imagen y qué comunicaba de nosotros.

Hace más de 4 años nació la idea de crear Bellelli, un sueño en ese momento y una oportunidad de ofrecer una educación que le diera valor al juego, a los tiempos naturales y potencialidades de los niños, a la participación de las familias, a la investigación de las maestras, a los lenguajes expresivos, al respeto a la naturaleza y a las relaciones entre todos. En esa época, una agencia nos ayudó a crear nuestra marca y logo, “esa b” que todos en nuestra comunidad conocemos, que los niños identifican cuando llegan en la mañana y que los conecta con todas las personas que la portan en su camiseta. 

Cuatro años han pasado y muchas cosas han cambiado. Ese sueño que existía solo en nuestros corazones y mentes es hoy la cotidianidad de una gran comunidad educativa. El centro que empezó como una casa vacía, hoy está llena de las voces de los niños, de sus creaciones y aprendizajes. Como equipo, hemos construido una historia llena de preguntas y reflexiones, una que hemos tejido al lado de los niños y de muchos adultos que -al igual que nosotros- están comprometidos con la educación de calidad en primera infancia. En este tiempo ese sueño se transformó en:

  • Dos centros educativos: Escazú y Santa Ana

  • Inicios en casa: un proyecto de acompañamiento a bebés y sus familias

  • Desarrollo profesional: programas de formación continua para profesionales, familias y centros educativos.

  • Un centro de acopio creativo: una aproximación proactiva al ambientalismo

  • Impacto comunitario: un programa de diálogo con la comunidad

Crecimos, no porque soñábamos ser más grandes sino porque deseamos llegar más profundo. Por eso, esperando que nuestra marca refleje esa experiencia y esencia le pedimos a nuestros niños que nos ayudaran a hacerla. Como equipo planteamos una metáfora que identificara a cada programa y los niños  dibujaron los identificadores gráficos. El concepto de tríada -niños, familias, docentes- para los centros educativos; la bicicleta para el desarrollo profesional, ya que el quehacer del docente requiere del balance entre teoría y práctica; el árbol para el centro de acopio creativo, como eje ambiental; y por último, la espiral para la iniciativa de impacto comunitario, porque así debería ser el aprendizaje de los ciudadanos.

 Algunas cosas nunca van cambiar. Esa imagen de niño capaz y protagonista activo de su aprendizaje que profesamos; nuestra pasión por defender el juego de los niños como su principal recurso de aprendizaje y esa certeza que sentimos que para formar personas felices, agentes de cambio y ciudadanos del mundo, debemos de promover una educación de bienestar para  el cuerpo, la mente y el espíritu. La nueva imagen habla de quiénes somos pero también de lo que queremos ser y hacer en el futuro: un proyecto educativo y cultural con mayor impacto y nuevas posibilidades para esta y futuras generaciones. 

 ¡Nos emociona presentarles nuestra nueva identidad!

 

Dibujos:  Niños de Espiral 1 y  2 | Diseño de imagen corporativa: Valeria Rodríguez | Metáforas: Valeria Rodríguez, Karla Staton, Carolina García, Sara Tretti, Jéssica Guillén, Mariana Donato, Mariela León, Silvia Badilla, Guadalupe Chaves, Pamela Vega, Marianela Arguedas, Angie Cortés, Gloriana Masís, Sary Montero, Ruthmary Zambrano, Catalina Avellaneda, Mónica Zamora, Mónica Batista, Carolina Morales y Jorge Mario Zuleta | Realizador audiovisual: Jorge Mario Zuleta | Plataforma de marca: God Branding