La escuela del futuro en el presente

Hace unos meses tuvimos la oportunidad de participar en una videoconferencia con el director de Ad Astra School, una escuela experimental creada por quien es para muchos una de las mentes más brillantes de nuestra generación, Elon Musk. Muy poco se sabe sobre este lugar ya que no tienen página web oficial ni presencia en redes sociales, sin embargo, todos aquellos que seguimos el mundo de la educación valoramos el entender cómo una compañía que trabaja creando futuro, propone la educación del presente y del futuro incierto.

 

 ¿Qué tiene esta escuela que la hace tan diferente a otras? A continuación nuestro resumen:

  1. No existen grados: los chicos trabajan a través de proyectos, sus habilidades no son atadas a su edad sino a sus capacidades e intereses. Esto implica que la información que se obtiene es de relevancia evidente, con usos concretos y reales.

  2. Los maestros no son maestros: la presencia del adulto es de investigador al igual que los chicos, es por esto que estos son expertos en diferentes áreas (ingeniería, biología, ética, etc) y sin experiencia marcada de pedagogía tradicional. Cabe destacar que el rol del adulto- en este escenario- más que guiar es cuestionar y provocar ideas.

  3. Alta participación de familias: Ad Astra School existe bajo el mismo techo que Space X, los padres de esta escuela son los empleados de esta compañía por lo que pueden llegar cuando  lo deseen y colaborar en los proyectos de los chicos, pueden investigar junto con ellos o presentar sus teorías. Esto implica que los niños tienen acceso directo a gran variedad de expertos y en paralelo los padres se involucran en el día a día de sus hijos, viven sus descubrimientos, conocen a sus amigos y son miembros activos de sus vidas.

  4. Ética y moral se llevan el tiempo de idiomas: en esta escuela no se enseñan otros idiomas; cuando el público cuestionó el por qué de esto, la respuesta fue un contundente "porque no se van a necesitar". El director de este centro explicó que la decisión fue basada en la premisa que esta generación de chicos competirá con máquinas por trabajos y todos podremos hablar varios idiomas gracias a los avances de la inteligencia artificial. Este tiempo, sin embargo, se le dedica a clases de moral y ética (la única clase obligatoria para todos los chicos de la escuela). En clase de ética los estudiantes son expuestos a situaciones difíciles, a resolver escenarios complejos socialmente, habilidad-que según ellos- jamás podrá ser tomada por una computadora y garantizará el éxito laboral y social.

 Evidentemente, la posición de esta escuela puede generar controversias. Sin embargo, para nadie es un secreto que el sistema de educación ha permanecido casi inmóvil ante un mundo cada vez más complejo y que está cambiando rápidamente. La maestra que se para frente a una clase mientras todos sus alumnos abren la misma página del libro va a desaparecer. Este sistema funcionó por muchos años pero ese mundo ya no existe. Es necesario comenzar a cuestionarnos el qué y el para qué de la educación y cómo estos procesos los están preparando para un mundo que ni siquiera nos podemos imaginar.

It’s important to teach problem solving, or teach to the problem and not the tools.
— Elon Musk